Amar a los caballitos de mar

Los que, como tú y yo, amamos los peces no entendemos cómo se permite la venta de caballitos de mar para criarlos en cautividad. Todas las especies están incluidas en las listas de “en peligro de extinción”, y su comercio se encuentra regulado por CITES debido a la sobreexplotación de los recursos marinos, la degradación de los espacios naturales que destruye su biodiversidad y el comercio asiático, ya que cada año se capturan toneladas de caballitos de mar para su uso en tratamientos tradicionales.


Uno de los lugares en los que se ha notado con más fuerza esta situación es en el Mediterráneo y en el Mar Menor. Recuerdo cuando hace apenas unos años me sumergía en el mar con mi snorkel y podía ver caballitos de mar cerca de la orilla. Hermosas criaturas que se escondían tímidas entre las algas y luego huían cabalgando de una manera adorable mientras giraban la cabecita de vez en cuando, asustadas, me temo, al ver una giganta que las observaba marchar.

En peligro de extinción

Hoy en día no es tan sencillo ver los caballitos de mar en el Mediterráneo ni en el Mar Menor. Esta especie está incluida en la lista roja de especies amenazadas de la IUCN, en el Apéndice II de CITES sobre el comercio de Especies Amenazadas y recientemente se ha incluido a la lista de Especies Silvestres en Régimen de Protección Especial y el Catálogo Español de especies Amenazadas.

A la degradación de su hábitat se añade la mala costumbre de los pescadores que no los liberaban tras atraparlos por error, los turistas que permiten que sus hijos los levaran a casa en un cubito de plástico a sabiendas de que el animal morirá, para satisfacer un capricho pasajero como el de los niños que piden una pecera redonda de feria con un que morirá asfixiado, enloquecido o con el cuerpo atrofiado por el enanismo.

 

Coger un caballito de mar en su hábitat natural a sabiendas de que morirá no difiere mucho de comprarlo en una tienda; es cierto que éste habrá nacido en cautividad, pero sus instintos y las necesidades propias de su especie lo convertirán en un prisionero infeliz en una cárcel de cristal, salvo que el comprador sepa perfectamente cómo cuidarlos, algo que a día de hoy no tienen claro ni los investigadores. Por eso es mejor que compres otros peces para tu acuario y no éste.

Investigaciones sobre caballitos de mar

El investigador Andreu Blanco realizó su tesis doctoral centrada en la investigación de las condiciones óptimas para la cría en cautividad de este animalito: tipo de acuario, luz, temperatura, tipo de alimentación, etc. Si bien ha establecido un protocolo para conseguir que el animal pueda sobrevivir en cautividad, no es sencillo de lograr a diferencia de la cría de peces de la que os hablamos en “Peceras”.

Cuidado del caballito de mar en cautividad

El Caballito de mar es más propenso a sufrir enfermedades cuya curación es más complicada que la de los peces que suelen criarse en pecera: algunos de estos síntomas sólo son apreciables con un microscopio, otros pueden estar producidos por enfermedades distintas y el medicamento para la curación de otros está pensado para caballitos en libertad, no en cautividad. Por eso, muchas veces se les aplica un tratamiento a lo loco y el animalito se muere o se ve sometido a un tratamiento que no le corresponde como se explica con bastante claridad en hippocampus-info.

Defensa de los Caballitos de Mar

Hay organizaciones que luchan para que el caballito de Mar deje de ser especie amenazada. El proyecto Hippocampus, por ejemplo, tiene tres objetivos: estudiar las poblaciones, desarrollar técnicas para criarlos en cautividad y luego devolverlos al mar.

The Project Seahorse fue fundado en 1996 por los investigadores Amanda Vincent y Heather Koldewey . El trabajo de campo se inició en la comunidad filipina de Handumon en Jandayan isla en el extremo norte de Bohol , y se ha expandido a Europa, América Central, el este y el sureste de Asia, África, y América del Norte.

 

El trabajo de la organización se centra en la investigación, no sólo biológica caballito de mar, sino también de las poblaciones de peces marinos, los ecosistemas, las comunidades pesqueras, las cuestiones del comercio nacional y mundial para ofrecer soluciones alternativas a los que los venden como souvenirs.

Si realmente amas a los caballitos de mar como yo, en vez de comprarlos para meterlos en acuarios, puedes ayudar a asociaciones como éstas que luchan para que esta especie deje de estar amenazada.

Así, cuando tus nietos vean la película La Sirenita podrás decirles que el caballito no es, como ella, una criatura fantástica.